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[2013] • JUAN PABLO II (1978-2005) • LA FAMILIA, CAMINO DE RECONCILIACIÓN Y DE PAZ

Del Saludo nei giorni, en el rezo del Ángelus, 26 enero 2003

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1. En los días pasados se ha celebrado en Manila, capital de Filipinas, el IV Encuentro mundial de las familias, que se ha concluido hace algunas horas con una solemne celebración eucarística presidida por el cardenal Alfonso López Trujillo, presidente del Consejo pontificio para la familia y mi legado en ese importante acontecimiento eclesial. Muy significativo ha sido el tema del encuentro “La familia cristiana, buena nueva para el tercer milenio”. ¡Sí! La unión fiel y fecunda del hombre y de la mujer, bendecida por la gracia de Cristo, constituye un auténtico evangelio de vida y de esperanza para la humanidad. Proclamaron esta buena nueva, junto con numerosas familias filipinas, miles de familias de toda raza y nación que acudieron a Manila para una cita religiosa tan importante. Juntas renovaron el compromiso de ser protagonistas de la nueva evangelización.

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2. “El futuro de la humanidad se fragua en la familia”, así escribí en la exhortación apostólica Familiaris consortio (n. 86). Se trata de una afirmación muy actual. Pero ¿de qué familia se trata? Desde luego, no de la familia “inauténtica”, basada en los egoísmos individuales. La experiencia demuestra que esa “caricatura” de la familia no tiene futuro y no puede dar futuro a ninguna sociedad.

Por el contrario, la familia es “buena nueva” en la medida en que acoge y hace suya la perenne vocación que Dios puso al comienzo de la humanidad. Este proyecto originario de vida es compartido, gracias a Dios, también por numerosos esposos no cristianos. Así, en nuestros días, la familia se presenta como camino privilegiado de diálogo entre diversas religiones y culturas y, por tanto, como camino de reconciliación y de paz.

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3. A María santísima, Reina de la familia, le encomendamos los frutos espirituales del gran encuentro de Manila, y, ya desde ahora, la próxima cita mundial de las familias, que tendrá lugar el año 2006 en Valencia, España. Oremos para que toda familia, como auténtica “iglesia doméstica” y “buena nueva” de amor y de vida, sea signo de esperanza para la comunidad eclesial y para el mundo entero.

[OR (ed. esp.) 31-I-2003, 1]