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[2048] • JUAN PABLO II (1978-2005) • LA ATENCIÓN A LA FAMILIA, PRIORIDAD PASTORAL

Del Discurso C’est avec joie, a los responsables de la Conferencia Episcopal del Océano Índico, en la visita ad limina, 9 noviembre 2004

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7. La atención a las familias y a su desarrollo armonioso es una de vuestras prioridades pastorales. En vuestra región, como en numerosas regiones del mundo, la evolución de la sociedad contribuye a debilitar las estructuras familiares. Por ello, es necesario recordar el significado y el valor del matrimonio y de la familia en el plan de Dios. Las familias cristianas deben dar un auténtico testimonio de la presencia de Cristo, que las acompaña y sostiene en su vida diaria. En efecto, tienen la misión de “conservar, revelar y comunicar el amor, como reflejo vivo y participación real del amor de Dios por la humanidad y del amor de Cristo Señor por la Iglesia, su esposa” (Familiaris consortio, 17). Al mismo tiempo, son el lugar privilegiado de formación de la juventud y de transmisión de los valores morales y espirituales. Por tanto, os animo vivamente a promover una pastoral familiar eficaz, anunciando con vigor la doctrina del Evangelio sobre la familia y sobre el matrimonio, proponiendo a los jóvenes la educación necesaria para la comprensión y la acogida de las exigencias que derivan de ella, esforzándoos por acompañarlos antes y después de la celebración del matrimonio. También es preciso tener una solicitud particular por los matrimonios en dificultad y por las familias separadas, así como por las personas que viven en situaciones matrimoniales dolorosas.

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8. Velar cada vez más por la educación de los jóvenes en la fe es hoy más necesario que nunca. Su formación humana y espiritual es una urgencia para responder a los desafíos del testimonio evangélico, hoy y en el futuro. Os invito a desarrollar una pastoral que suscite en los jóvenes el entusiasmo por Cristo y por el servicio a sus hermanos. Encontrarán en ella razones sólidas para fundar su vida en la esperanza que les da el Señor Jesús y la capacidad de amar como él. Ojalá que todas las personas generosamente comprometidas en la catequesis se esfuercen por ser, ante todo, ejemplos vivos de la enseñanza que han recibido, con la misión de transmitirla en fidelidad a la Iglesia.

A los jóvenes de vuestra región les deseo que se dejen transformar por el encuentro con Jesús, el cual sale a su encuentro para convertirlos en testigos auténticos de su Evangelio y para conducirlos a la felicidad verdadera. Ojalá que siempre se dejen atraer por él a lo largo del camino de la fe, para que puedan comunicar a sus hermanos la experiencia del Dios vivo que han tenido.

[OR (ed. esp.) 19-XI-3, 3-4]