[2094] • BENEDICTO XVI (2005- • EL AMOR DE DIOS POR CADA EMBRIÓN HUMANO
Del Discurso In questa Udienza, en la Audiencia General, 28 diciembre 2005
2005 12 28 0001
Señor, tú me sondeas y me conoces
1. En esta audiencia general del miércoles de la octava de Navidad, fiesta litúrgica de los Santos Inocentes, reanudamos nuestra meditación sobre el salmo 138, cuya lectura orante nos propone la liturgia de las Vísperas en dos etapas distintas.
Después de contemplar en la primera parte (cf. vv. 1-12) al Dios omnisciente y omnipotente, Señor del ser y de la historia, ahora este himno sapiencial de intensa belleza y pasión se fija en la realidad más alta y admirable de todo el universo, el hombre, definido como el prodigio de Dios (cf. v. 14). En realidad, se trata de un tema en profunda sintonía con el clima navideño que estamos viviendo en estos días, en los que celebramos el gran misterio del Hijo de Dios hecho hombre, más aún, hecho Niño por nuestra salvación. Después de considerar la mirada y la presencia del Creador que se extienden por todo el horizonte cósmico, en la segun- da parte del salmo que meditamos hoy, la mirada amorosa de Dios se fija en el ser humano, considerado en su inicio pleno y completo. Aún es un ser informe en el seno materno: algunos estudiosos de la Biblia interpretan la palabra hebrea que usa el salmo como equivalente a embrión, descrito mediante esa pa- labra como una pequeña realidad oval, enrollada, pero sobre la cual ya se posa la mirada benévola y amorosa de los ojos de Dios (cf. v. 16).
2005 12 28 0002
2. El salmista, para definir la acción divina dentro del seno materno, recurre a las clásicas imágenes bíblicas, mientras que la cavidad generadora de la madre se compara a lo profundo de la tierra, es decir, a la constante vitalidad de la gran madre tierra (cf. v. 15).
Ante todo, se utiliza el símbolo del alfarero y del escultor, que forma, que plasma su creación artística, su obra maestra, precisamente como se decía en el libro del Génesis con respecto a la creación del hombre: El Señor Dios formó al hombre con polvo del suelo (Gn 2, 7). Luego viene el símbolo del tejido, que evoca la delicadeza de la piel, de la carne, de los nervios entretejidos sobre el esqueleto.
También Job evocaba con fuerza estas y otras imágenes para exaltar la obra maestra que es la persona humana, a pesar de estar golpeada y herida por el sufrimiento: Tus manos me formaron, me plasmaron (...). Recuerda que me hiciste como se amasa el barro (...). ¿No me vertiste como leche y me cuajaste como queso? De piel y de carne me vestiste y me tejiste de huesos y de nervios (Jb 10, 8-11).
2005 12 28 0003
3. Sumamente fuerte es, en nuestro salmo, la idea de que Dios ya ve todo el futuro de ese embrión aún informe: en el libro de la vida del Señor ya están escritos los días que esa criatura vivirá y colmará de obras durante su existencia terrena. Así vuelve a manifestarse la grandeza trascendente del conocimiento divino, que no sólo abarca el pasado y el presente de la humanidad, sino también el arco todavía oculto del futuro. También se manifiesta la grandeza de esta pequeña criatura humana, que aún no ha nacido, formada por las manos de Dios y envuelta en su amor: un elogio bíblico del ser humano desde el primer momento de su existencia.
[Insegnamenti BXVI, I (2005), 1129-1130]
2005 12 28 0001
O Dio, tu mi scruti e mi conosci
1. In questa Udienza generale del mercoledì dellOttava di Natale, festa liturgica dei Santi Innocenti, riprendiamo la nostra meditazione sul Salmo 138, la cui lettura orante è proposta dalla Liturgia dei Vespri in due tappe distinte. Dopo aver contemplato nella prima parte (cfr vv. 1-12) il Dio onnisciente e onnipotente, Signore dellessere e della storia, ora questo inno sapienziale di intensa bellezza e passione punta verso la realtà più alta e mirabile dellintero universo, luomo, definito come il prodigio di Dio (cfr v. 14). Si tratta, in realtà, di un tema profondamente in sintonia con il clima natalizio che stiamo vivendo in questi giorni, nei quali celebriamo il grande mistero del Figlio di Dio fattosi uomo per la nostra salvezza.
Dopo aver considerato lo sguardo e la presenza del Creatore che spaziano in tutto lorizzonte cosmico, nella seconda parte del Salmo che meditiamo oggi, gli occhi amorevoli di Dio si rivolgono allessere umano, considerato nel suo inizio pieno e completo. Egli è ancora informe nellutero materno: il vocabolo ebraico usato è stato inteso da qualche studioso della Bibbia come rimando allembrione, descritto in quel termine come una piccola realtà ovale, arrotolata, ma sulla quale si pone già lo sguardo benevolo e amoroso degli occhi di Dio (cfr v. 16).
2005 12 28 0002
2. Il Salmista per definire lazione divina allinterno del grembo materno ricorre alle classiche immagini bibliche, mentre la cavità generatrice della madre è comparata alle profondità della terra, ossia alla costante vitalità della grande madre terra (cfr v. 15).
Ce innanzitutto il simbolo del vasaio e dello scultore che forma, plasma la sua creazione artistica, il suo capolavoro, proprio come si diceva nel libro della Genesi per la creazione delluomo: Il Signore Dio plasmò luomo con polvere del suolo (Gn 2,7). Cè, poi, il simbolo tessile, che evoca la delicatezza della pelle, della carne, dei nervi intessuti sullo scheletro osseo.
Anche Giobbe rievocava con forza queste e altre immagini per esaltare quel capolavoro che è la persona umana, pur percossa e ferita dalla sofferenza: Le tue mani mi hanno plasmato e mi hanno fatto integro in ogni parte... Ricordati che come argilla mi hai plasmato... Non mi hai colato forse come latte e fatto accagliare come cacio? Di pelle e di carne mi hai rivestito, dossa e di nervi mi hai intessuto (Gb 10,8-11).
2005 12 28 0003
3. Estremamente potente è, nel nostro Salmo, lidea che Dio di quellembrione ancora informe veda già tutto il futuro: nel libro della vita del Signore già sono scritti i giorni che quella creatura vivrà e colmerà di opere durante la sua esistenza terrena. Torna così ad emergere la grandezza trascendente della conoscenza divina, che non abbraccia solo il passato e il presente dellumanità, ma anche larco ancora nascosto del futuro. Ma appare anche la grandezza di questa piccola creatura umana non nata, formata dalle mani di Dio e circondata dal suo amore: un elogio biblico dellessere umano dal primo momento della sua esistenza.