[2243] • BENEDICTO XVI (2005- • EL VALOR ÉTICO DE LA CIENCIA BIOMÉDICA SE MIDE POR EL RESPETO INCONDICIONAL DEBIDO A CADA SER HUMANO.
Del Discurso È per me motivo di grande gioia, a los participantes en la Asamblea Plenaria de la Congregación para la Doctrina de la Fe, 15 de enero de 2010
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[9.] En temas tan delicados y actuales, como los que se refieren a la procreación y a las nuevas propuestas terapéuticas que conllevan la manipulación del embrión y del patrimonio genético humano, la Instrucción ha recordado que “el valor ético de la ciencia biomédica se mide tanto con referencia al respeto incondicional debido a cada ser humano, en todos los momentos de su existencia, como a la tutela de la especificidad de los actos personales que transmiten la vida” (Dignitas personae, n. 10). De este modo el Magisterio de la Iglesia pretende dar su contribución a la formación de la conciencia, no sólo de los creyentes, sino de cuantos buscan la verdad y aceptan argumentaciones que proceden de la fe, pero también de la propia razón. La Iglesia, al proponer valoraciones morales para la investigación biomédica sobre la vida humana, se vale de la luz tanto de la razón como de la fe (cf. ib., n. 3), pues tiene la convicción de que “la fe no sólo acoge y respeta lo que es humano, sino que también lo purifica, lo eleva y lo perfecciona” (ib., n. 7).
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[10.] En este contexto se da también una respuesta a la mentalidad generalizada según la cual la fe se presenta como obstáculo a la libertad y a la investigación científica, porque estaría constituida por un conjunto de prejuicios que viciarían la comprensión objetiva de la realidad. Frente a esta postura, que tiende a sustituir la verdad con el consenso, frágil y fácilmente manipulable, la fe cristiana da en cambio una contribución verdadera también en el ámbito ético-filosófico, no proporcionando soluciones ya preparadas a problemas concretos, como la investigación y la experimentación biomédica, sino proponiendo perspectivas morales fiables dentro de las cuales la razón humana puede buscar y encontrar soluciones válidas.
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[11.] Hay, de hecho, determinados contenidos de la revelación cristiana que arrojan luz sobre las cuestiones bioéticas: el valor de la vida humana, la dimensión relacional y social de la persona, la conexión entre los aspectos unitivo y procreativo de la sexualidad, la centralidad de la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer. Estos contenidos, inscritos en el corazón del hombre, también son comprensibles racionalmente como elementos de la ley moral natural y pueden hallar acogida también entre quienes no se reconocen en la fe cristiana.