[0962] • JUAN PABLO II (1978-2005) • ESTIMA Y DEFENSA DE LOS VALORES DE LA FAMILIA
Del Discurso It gives me, al Presidente y a la Nación de Filipinas en el palacio de Malacañang, Manila (Filipinas), 17 febrero 1981
1981 02 17b 0004
4. El pueblo filipino sabrá sacar siempre la fuerza y la inspiración que necesita para llevar a cabo esta misión a partir de su insigne herencia –herencia no sólo de una fe cristiana, sino también de los ricos valores humanos y culturales que son específicamente suyos. Cada hombre y cada mujer, cualquiera que sea su situación o su papel, tiene que esforzarse con toda seriedad por mantener, profundizar y reafirmar estos valores –estos dones inapreciables– frente a tantos factores que suponen hoy una seria amenaza para los mismos. Con vuestros esfuerzos clarividentes y meditados conservad vuestro sentido de lo sagrado, vuestra piedad y vuestra profunda conciencia religiosa. Procurad mantener y asegurar vuestro respeto al papel de la mujer en la casa, en la educación y en las demás exigencias de la vida social. Procurad conservar y fortalecer vuestra veneración por los ancianos, los inválidos y los enfermos. Sobre todo, mantened vuestra alta estima de la familia. Defended la indisolubilidad del vínculo matrimonial. Considerad inviolable el derecho a la vida del niño que aún no ha nacido y apoyad firmemente la sublime dignidad de la maternidad. Proclamad vigorosamente el derecho de los padres a verse libres de trabas económicas, sociales y políticas a la hora de querer seguir el dictamen de una recta conciencia para decidir sobre la dimensión de su familia en conformidad con la voluntad de Dios. Estableced firmemente la grave responsabilidad de los padres a educar a sus hijos de acuerdo con su dignidad humana. Preservad a los niños de influencias corruptoras y apoyad las estructuras de la vida familiar. Una nación avanza en la misma dirección por la que camina la familia, y cuando se pone en peligro la integridad y la estabilidad de la vida familiar, se pone en peligro también la estabilidad de la nación y las tareas que tenga que asumir ante el juicio de la historia.
[Enseñanzas 9, 379-380]
1981 02 17b 0004
4. The Filipino people will always draw the strength and inspiration that they need to carry out this task from their noble heritage –a heritage not only of Christian faith but also of the rich human and cultural values that are their own. Every man and woman, whatever his or her status or role, must strive in all earnestness to preserve, to deepen and to consolidate these values –these priceless gifts– against the many factors which seriously threaten them today. Preserve, through your lucid and deliberate efforts, your sense of the divine, your prayer-fulness and your deeply religious consciousness. Preserve and reinforce your respect for the role of women in the home, in education and in other challenges of life in society. Keep and strengthen your reverence for the aged, the disabled and the sick. Above all maintain your great esteem for the family. Preserve the indissolubility of the marriage bond. Keep inviolate the right to life of the unborn child and uphold firmly the exalted dignity of motherhood. Proclaim vigorously the right of parents to be free from economic, social and political coercion, as they endeavor to follow the dictates of an upright conscience in determining the size of their family in accordance with the will of God. Establish firmly the serious responsibility of parents to raise their children in accordance with their human dignity. Defend the children from corrupting influences and uphold the structures of family life. A nation goes the way that the family goes, and when the integrity and stability of family life is imperiled, so will be the stability of the nation and the tasks it must assume before the judgment of history.
[AAS 73 (1981), 316]