Warning: Undefined variable $limit in /var/www/vhosts/enchiridionfamiliae.com/httpdocs/cabecera.php on line 6
Magisterio sobre amor, matrimonio y familia <br /> <b>Warning</b>: Undefined variable $titulo in <b>/var/www/vhosts/enchiridionfamiliae.com/httpdocs/cabecera.php</b> on line <b>29</b><br />
INICIO CRONOLOGICO DOCUMENTOS ESCRITURA CONCILIOS PAPAS AUTORES LUGARES MATERIAS EDICIONES
EDITORES

Warning: Undefined array key "codigo" in /var/www/vhosts/enchiridionfamiliae.com/httpdocs/z_componer2.php on line 7

Warning: Undefined array key "buscado" in /var/www/vhosts/enchiridionfamiliae.com/httpdocs/z_componer2.php on line 9

[1224] • JUAN PABLO II (1978-2005) • LA FAMILIA, CÉLULA NATURAL FUNDAMENTAL DE LA SOCIEDAD. VALOR SAGRADO DE LA VIDA HUMANA

Del Discurso Sono lieto, al Simposio del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa, 11 octubre 1985

1985 10 11 0009

9. En los encuentros preparatorios a este simposio y en vuestras reflexiones, la atención se ha centrado de modo especial en la realidad de la familia. Esta opción está totalmente justificada, porque la familia es la célula natural fundamental de la sociedad. De hecho, las crisis y transformaciones culturales, sociales, religiosas y éticas de la sociedad europea se evidencian y se reflejan de manera impresionante en el modelo familiar. No es éste el lugar para repetir los análisis que se han hecho. Consciente de lo mucho que se pone en juego, la Iglesia ha dedicado un Sínodo de los Obispos a este argumento crucial. Pienso que la pastoral familiar, en la perspectiva de una evangelización nueva, se debe colocar entre las prioridades. Aquí está en juego el bien y el porvenir de la Iglesia en Europa, no menos que el bien y el porvenir de la sociedad europea. Somos conscientes de los conflictos y tensiones que existen entre el modelo de familia y de moral familiar propuesto por el Evangelio y el que prevalece en la sociedad actual. Pero es importante darse cuenta también de las contradicciones internas y de la involución sin precedentes del modelo “secularizado” de matrimonio y familia. Privilegiando un subjetivismo y un individualismo que tiende sólo a la búsqueda de la propia “auto-realización” egoísta, el matrimonio ha sido privado de su íntimo y natural significado y valor.

1985 10 11 0010

10. De acuerdo con esta mentalidad, que parece común aunque con alguna diferencia en el Este como en el Oeste –signo del materialismo inmanente y hedonista que está en su base–, ha hallado acogida el aborto. La introducción de la legislación permisiva del aborto se ha considerado como la afirmación de un principio de libertad. Preguntémonos, en cambio, si no es el triunfo del principio del bienestar material y del egoísmo sobre el valor más sacro, el de la vida humana. Se ha dicho que la Iglesia habría sido derrotada porque no ha logrado hacer que se acoja su norma moral. Pero yo pienso que, en este tristísimo e involutivo fenómeno, quien verdaderamente ha quedado derrotado ha sido el hombre, ha sido la mujer. Ha quedado derrotado el médico, que ha renegado del juramento y del título más noble de la medicina: el de defender y salvar la vida humana; ha sido verdaderamente derrotado el Estado “secularizado”, que ha renunciado a la protección del fundamental y sacrosanto derecho a la vida, para convertirse en un instrumento de un pretendido interés de la colectividad, y a veces se demuestra incapaz de tutelar la observancia de sus mismas leyes permisivas. Europa deberá meditar sobre esta derrota.

La disminución de la natalidad y la senectud demográfica no se pueden ya ignorar más o considerar como una solución al problema de la desocupación. La población europea, que en 1960 constituía el 25 por ciento de la población mundial, si continuase la actual tendencia demográfica descendería, a mitad del próximo siglo, al nivel de un 5 por ciento. Son cifras que han llevado a algún responsable europeo a hablar de un “suicidio demográfico” de Europa. Si esta involución constituye una fuente de preocupación, lo es sobre todo para nosotros porque, si se observa en profundidad, aparece como el grave síntoma de una pérdida de voluntad de vida y de perspectivas abiertas al futuro, y aún más de una profunda alienación espiritual. Por ello no debemos cansamos de decir y repetir a Europa: ¡Encuéntrate a ti misma! ¡Encuentra tu alma!

[DP (1985), 246]