[1305] • JUAN PABLO II (1978-2005) • PARTICULAR ATENCIÓN PASTORAL A LOS MATRIMONIOS MIXTOS
Del Discurso Je suis heureux, a los Obispos de Francia en la visita ad limina, 30 enero 1987
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9. Para concluir, quisiera evocar otro aspecto notable para vosotros: vuestras relaciones cotidianas con los cristianos pertenecientes a las comunidades eclesiales surgidas de la Reforma, particularmente numerosos en Alsacia-Lorena y en el país de Montbéliard. El último Sínodo daba esta orientación: “La comunión entre los católicos y otros cristianos, aunque sea incompleta, llama también a todos a la colaboración en muchos campos y así hace posible, de alguna manera, un testimonio común del amor salvífico de Dios hacia el mundo necesitado de salvación” (Relación final, C. 7).
Este testimonio, así como el diálogo teológico o pastoral en los grupos locales o a otros niveles, no pueden dar fruto si no están vivificados continuamente por el ecumenismo de la oración y de la conversión del corazón (cfr. Discurso en el anfiteatro de las Tres Galias, Lión, 4 de octubre de 1986, nn. 3-4).
Quisiera mencionar en particular el caso de los matrimonios en que los esposos no pertenecen a la misma Iglesia. Para esos hogares, fundados sobre el sacramento del matrimonio, es un drama el no poder alimentar su vida conyugal participando juntos en la Eucaristía. Al llevar en ellos mismos el sufrimiento de la separación entre los cristianos, estos esposos pueden, a pesar de todo, ser testigos de la esperanza de la unidad. Necesitan un verdadero apoyo espiritual y pastoral.
[OR (ed. esp.) 15-III-1987, 10]
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9. Avant de conclure, je voudrais évoquer un autre aspect marquant chez vous: vos relations quotidiennes avec les chrétiens appartenant aux communautés ecclésiales issues de la Réforme, particulièrement nombreux en Alsace-Lorraine et dans le Pays de Montbéliard. Le dernier Synode donnait cette orientation: “La communion entre les ca tholiques et les autres chrétiens, bien qu’incomplète encore, nous appelle tous à collaborer dans de multiples domaines et rend ainsi possible un certain témoignage commun de l’amour salvifique de Dieu envers le monde qui a besoin de salut” (3).
Ce témoignage, comme aussi bien le dialogue théologique ou pastoral dans les groupes locaux ou à d’autres échelons, ne peuvent porter du fruit que s’ils sont sans cesse vivifiés par l’oecuménisme de la prière et de la conversion du coeur (4).
Je voudrais mentionner en particulier les couples où les deux conjoints n’ont pas la même appartenance ecclésiale. C’est un drame pour ces foyers, fondés sur le sacrement de mariage, de ne pas pouvoir nourrir leur vie conjugale en participant ensemble à l’Eucharistie. Portant en eux la souffrance de la séparation entre les chrétiens, ces époux peuvent malgré tout être des témoins de l’espérance de l’unité. Ils ont besoin d’un vrai soutien spirituel et pastoral.
[AAS 79 (1987), 1229]
3. Rapport final, C. 7.
4. Cfr. Discours à l’Amphithéâtre des Trois Gaules, Lyon, 4 octobre 1986, nn. 3-4.