[1411] • JUAN PABLO II (1978-2005) • POTENCIAR LOS VALORES DE LA FAMILIA CRISTIANA
Del Discurso Es para mí, a los Obispos de Bolivia, en la visita ad limina, 8 noviembre 1990
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5. En vuestras relaciones quinquenales he podido apreciar que la familia representa una de las prioridades en vuestro ministerio. En efecto, como habéis señalado repetidamente, no son pocos los peligros que en la actualidad acechan a la institución familiar y al matrimonio. En particular, habéis querido llamar la atención hacia una creciente mentalidad antinatalista que, en la práctica, se traduce en una actitud injustificada contra la vida.
Vuestro celo pastoral ha de continuar proclamando el valor que para la Iglesia y la sociedad representan el matrimonio y la familia “queridos por Dios con la creación misma” (1), y que han de ser el “primer centro de evangelización” (Puebla, 617). Velad, pues, diligentemente para que por medio de la catequesis y los demás medios de acción pastoral se potencien los valores de la familia cristiana para que ésta sea “el espacio donde el Evangelio es transmitido y desde donde éste se irradia” (2).
[AAS 83 (1991), 593-594]
1. Familiaris consortio, 3 [1981 11 22/ 3].
2. Evangelii nuntiandi, 71 [1975 12 08/ 71].
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Ai gruppi familiari
L’occasione di questo incontro, mi consente di ricordare con tutti voi carissimi sposi, questo momento decisivo del vostro cammino, questo momento sacramentale in cui tutti e due davanti all’altare,davanti alla Chiesa, davanti a Dio, vi siete sposati in Cristo, avete voi celebrato questo sacramento, avete conferito questo sacramento a voi stessi. E in tale momento era presente fra voi in modo speciale il Cristo che oggi celebriamo come Re dell’Universo. Ma era presente so- prattutto come sposo, come colui che sposa la Chiesa continuamente. Enella Chiesa sposa tutta l’umanità, la fa una famiglia, una famiglia di Dio, la costituisce davanti a suo Padre, come a Padre comune di tutti gli esseri umani, di tutte le persone, ditutte le comunità, di tutte le nazioni. Così le due realtà, Cristo sposo e Cristo Re, s’incontrano, s’intrecciano, si costituiscono mutuamente, e questo avviene nel momento del “sacramento grande” come lo ha espresso san Paolo apostolo.