[1532] • JUAN PABLO II (1978-2005) • LA FAMILIA CRISTIANA, PROTAGONISTA DE LA ACCIÓN APOSTÓLICA Y MISIONERA
Del Discurso Benvenuti, allora, a los peregrinos de la Archidiócesis de Sorrento-Castellammare de Stabia (Italia), 22 enero 1994
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3. El camino de fe tiene, de por sí una dimensión eclesial. A medida que se consolida la experiencia personal de Cristo, crece la conciencia de ser parte viva, responsable y activa de su Cuerpo místico, cada uno según su propia vocación. En la clave eclesial quisiera hoy subrayar la vocación específica de la familia cristiana.
Los valores vinculados a la familia se hallan aún fuertemente arraigados en vuestra cultura y eso constituye una riqueza inestimable. Ahora bien, es preciso que esos valores sean objeto de una sabia y eficaz pedagogía eclesial, no sólo para defenderlos de las asechanzas que lo amenazan en medio del actual relativismo ético, sino también para permitir que los núcleos familiares aprovechen todas sus posibilidades en la misma vida pastoral. Así pues, os expreso mi más vivo aprecio por el congreso que acabáis de celebrar sobre el tema Familia y catequesis, y que se enmarca bien en el horizonte del Año de la familia, recién inaugurado. Seguid confiadamente por ese camino, amadísimos hermanos. Salvad la familia y habréis salvado la sociedad. Ponedla en el centro de vuestras atenciones; más aún, hacedla protagonista de vuestra acción apostólica y misionera: de esa forma habréis dado una contribución fundamental al futuro de la Iglesia.
[O.R. (e.c.), 4.II.1994, 10-11]
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3. Il cammino di fede ha per sua natura una dimensione ecclesiale. A mano a mano che l’esperienza personale di Cristo si consolida, s’accresce la consapevolezza di essere parte viva, responsabile ed operosa del suo Corpo Mistico, ciascuno secondo la propria vocazione. Ed è in questa chiave ecclesiale che vorrei oggi sottolineare la specifica vocazione della famiglia cristiana.
I valori legati alla famiglia sono ancora ben radicati nella vostra cultura e ciò costituisce una ricchezza inestimabile. Bisogna però che questi siano oggetto di sapiente ed efficace pedagogia ecclesiale, non solo per difenderli dalle insidie cui vanno incontro nell’odierno relativismo etico, ma anche per consentire ai nuclei familiari di sviluppare le loro potenzialità nella stessa vita pastorale. Vi esprimo pertanto il mio più vivo apprezzamento per il Convegno che avete recentemente celebrato sul tema “Famiglia e Catechesi”, e che ben si inquadra nell’orizzonte dell’Anno della Famiglia da poco inaugurato. Continuate, carissimi, fiduciosamente su questa strada. Salvate la famiglia, e avrete salvato la società. Mettetela al centro delle vostre attenzioni, anzi rendetela “protagonista” della vostra azione apostolica e missionaria: avrete così dato un contributo fondamentale al futuro della Chiesa.
[Insegnamenti GP II, 17/1, 168-169]