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[1740] • JUAN PABLO II (1978-2005) • PRIORIDAD DE LA PASTORAL FAMILIAR
Del Discurso Como Bispo de Roma, a un grupo de Obispos de Brasil, en la visita ad limina, 23 octubre 1995
1995 10 23 0005
5. Estos presupuestos nos brindan la oportunidad de reafirmar una vez más la atención que debéis prestar a las prioridades pastorales de la familia y la juventud. Por eso, os sugiero que estos dos temas, íntimamente relacionados, sean objeto constante de vuestras iniciativas apostólicas.
El futuro de la Iglesia en Brasil y el bien de la comunidad nacional dependen, en gran medida, de la consolidación de la institución familiar, fundada en el matrimonio indisoluble, y de la educación de una juventud arraigada en los valores ideales, que la tradición católica llevó a vuestra patria.
Aunque sea verdad que en vuestro pueblo perdura felizmente un sólido sentido de la familia, a saber, la conciencia y la estima de su valor, no ignoráis que, en la situación actual, po demos notar también algunas sombras, que describí en la exhortación apostólica Familiaris consortio, y que son señales negativas de la cultura contemporánea: “El número cada vez mayor de divorcios, la plaga del aborto, el recurso cada vez más frecuente a la esterilización, la instauración de una auténtica mentalidad anticoncepcional” (n. 6). Más aún, las separaciones frecuentes y la mentalidad favorable al divorcio, que aumentan a causa de los malos ejemplos y del influjo nocivo de ciertos medios de comunicación social, van debilitando en los jóvenes la convicción de que el matrimonio es, por su naturaleza y por voluntad de Cristo, una alianza en la fidelidad y para siempre. De este modo, se pone en peligro el futuro de la institución familiar y la supervivencia misma de una sociedad sana armoniosa y auténticamente humana.
Es bien sabido que la ruptura de la vida familiar produce efectos negativos en los hijos, que son las primeras víctimas. La miseria asociada al fenómeno, por desgracia bastante frecuente, del abandono afectivo y espiritual de los jóvenes, que se sienten de hecho sin familia, es la causa de males muy graves, que comprometen el desarrollo integral de la juventud de un país: falta de valores y de normas de vida, desorientación, desapego al trabajo, vulnerabilidad frente al ambiente de hedonismo y de corrupción moral, alcoholismo, droga y delincuencia.
Ya tuve ocasión de decir a los obispos de Paraná, durante la primera visita ad límina, que la salvaguardia de la familia ha de ser un objetivo pastoral permanente para vosotros. En este sentido quiero exhortaros a seguir con todo vuestro empeño en esta tarea, plasmándola en realizaciones concretas. Se trata de proseguir, cuando no de dar vida, a una pastoral familiar orgánica y permanente, destinando a ello los medios necesarios y preparando para ese objetivo a agentes pastorales idóneos, entre vuestros sacerdotes, religiosos y miembros del laicado que, con una formación específica en las materias relativas a dicho ámbito, os ayuden a afrontar con creatividad y eficacia este desafío.
[DP-121 (1995), 218-219]
1995 10 23 0005
5. Estes pressupostos dão-nos ensejo para reafirmar uma vez mais a atenção que deveis dar às prioridades pastorais da Família e da Juventude. Por isso, sugiro-vos que essas duas temáticas, intimamente vinculadas, sejam constante objeto das vossas iniciativas apostólicas.
O futuro da Igreja no Brasil e o bem da mesma comunidade nacional dependem, em grande medida, da consolidação da instituição familiar –fundada no matrimônio indissolúvel– e da educação de uma juventude arraigada nos valores ideais, que a tradição católica trouxe à vossa Pátria.
Embora seja verdade que no vosso Povo perdura felizmente um sólido sentido de família, a saber, a consciência e a estima do seu valor, contudo não ignorais que, na situação atual, podemos notar também algumas “sombras”, que descrevi na Exortação Apostólica “Familiaris Consortio”, e que são sinais negativos da cultura contemporânea: “o número crescente de divórcios, a praga do aborto, o recurso cada vez mais frequente à esterilização, a instauração de uma verdadeira e própria mentalidade contraceptiva” (15). Mais ainda, as frequentes separações e a mentalidade divorcista, que aumentam pelos maus exemplos e pelo influxo nocivo de certos meios de comunicação social, vão debilitando nos jovens a convicção de que o matrimônio é, por sua própria natureza e por vontade de Cristo, uma aliança em fidelidade e para sempre. Desse modo põe-se em perigo o futuro da instituição familiar e a subsistência mesma de uma sociedade sã, harmônica e autenticamente humana.
É bem sabido que a ruptura da vida familiar produz efeitos deletérios sobre os filhos, que são as primeiras vítimas. A miséria aliada ao fenômeno, infelizmente bastante frequente, do abandono afetivo e espiritual dos jovens, que se sentem de fato “sem família”, é a causa de males muito graves, que comprometem o desenvolvimento integral da juventude de um país: falta de valores e de normas de vida, desorientação, desapego ao trabalho, vulnerabilidade ante o ambiente de hedonismo e de corrupção moral, alcoolismo, droga e delinquência.
Já tive ocasião de dizer na primeira Visita “ad Limina” aos Bispos do Paraná, que a salvaguarda da família deve ser um objetivo pastoral permanente para vós. Neste sentido, quero exortar-vos a continuar com todo o empenho nesta tarefa plasmando-a em realizações concretas. Trata-se de prosseguir, senão de dar vida a uma pastoral familiar orgânica e permanente, destinando para isso os meios que sejam necessários e preparando para tal objetivo agentes pastorais idôneos, entre os vossos sacerdotes, religiosos e membros do laicato que, com uma formação específica nas matérias respeitantes a este âmbito, vos ajudem a enfrentar com criatividade e eficácia este desafio.
[AAS 88 (1996), 573-574]
15. Ioannis Pauli PP. II Familiaris Consortio, 6 [1981 11 22/ 6].