[1895] • JUAN PABLO II (1978-2005) • FIRMEZA EN LA TRANSMISIÓN DEL DESIGNIO DE DIOS SOBRE EL MATRIMONIO
Del Discurso Die Gnade, a los Obispos de Austria, en la visita ad limina, 20 noviembre 1998
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13. De la misma manera que participo en vuestras preocupaciones, deseo compartir vuestra satisfacción por la labor que estáis realizando en la Iglesia y en la sociedad en favor de la cultura de la vida. Precisamente la cultura de la vida se mueve dentro de los polos de la verdad y la caridad. Perseverad con valentía en vuestro testimonio de la doctrina transmitida, permaneciendo firmes en ella.
En particular, por lo que atañe al matrimonio, aunque la experiencia humana a menudo se siente impotente frente al fracaso de tantas uniones conyugales, el matrimonio sacramental, por voluntad divina, es y seguirá siendo indisoluble. Asimismo, aunque la mayor parte de la sociedad decidiera lo contrario, la dignidad de cada ser humano sigue siendo inviolable desde su concepción en el seno materno hasta su fin natural querido por Dios. Del mismo modo, a pesar de las repetidas manifestaciones de disenso, como si se tratara sólo de una cuestión disciplinar, la Iglesia no ha recibido del Señor la autoridad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres (cf. Ordinatio sacerdotalis, 4).
[OR (e.c.) 27.XI.1998, 10]
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13. Wie ich mir Eure Sorgen zu eigen mache, so möchte ich auch Eure Freude darüber teilen, was Ihr in Kirche und Gesellschaft für die Kultur des Lebens leistet. Gerade die Kultur des Lebens spannt sich zwischen den Polen von Wahrheit und Liebe auf. Steht mutig zu Eurem Zeugnis in der überlieferten Lehre und bleibt darin fest.
Besonders möchte ich die Ehe nennen. Auch wenn menschliche Erfahrung dem Zerbrechen zahlreicher Ehen vielfach hilflos gegenübersteht, die sakramentale Ehe ist und bleibt nach dem Willen Gottes unauflöslich. Ein weiteres Beispiel sei genannt: Selbst wenn es Mehrheiten in der Gesellschaft anders beschließen sollten, die Würde eines jeden Menschen bleibt unantastbar von der Empfängnis im Mutterleib bis zum natürlichen Tod, wann Gott es will. Und schließlich: Obwohl von neuem darüber diskutiert wird, als handele es sich dabei um eine disziplinäre Frage, die Kirche hat vom Herrn keinerlei Vollmacht erhalten, Frauen die Priesterweihe zu spenden (vgl. Apostolisches Schreiben Ordinatio sacerdotalis, 4).
[OR 21.XI.1998, 6]